jueves, 2 de diciembre de 2010

Una Ronda de Cervezas


La Batalla de Bretaña llegaba a un punto crucial, después de que la Luftwaffe tratara en vano de dejar ciega a la Real Fuerza Aérea eliminando su sistema de radar y sus intentos por destruir los aeródromos resultaran fútiles, ahora tomaría la decisión de atacar a la población civil, con el propósito de desmoralizar y poner de rodillas el orgullo y valentía del pueblo inglés.
Hitler había insistido en no atacar Londres, sin embargo por un error de navegación, el Hauptmann Walter Rubensdorffer comandando a la Erprobungsgruppe 210 bombardeó la ciudad en la noche del 15 de Agosto de 1940.

Ese día fue el parte aguas para que Goering apoyado por Kesselring decidieran bombardear Londres de manera continua, la orden final llegó el 5 de Septiembre cuando Hitler dio luz verde.

A partir los ingleses aprendieron a vivir bajo el constante bombardeo, la mayoría empezó a recibir noticias sobre familiares y amigos que no tuvieron oportunidad de llegar a un área de resguardo o que perecieron dentro de sus casas al explotar una bomba justo sobre ellos.

En lugar de poner de rodillas al pueblo inglés, esto motivó a tener más coraje, rabia, fomentó y revivió viejos odios originados en la Primera Guerra Mundial.

El 31 de Agosto de 1940, el Piloto Oficial George Gilroy del Escuadrón No 603, luchaba por zafarse a un Messerschmitt Bf109 que volaba justo detrás de él, sabía que el piloto alemán tenía experiencia por la manera en que volaba.
Después de varios maniobras evasivas, Gilroy se convertiría en uno más a la cuenta de la Luftwaffe, varios disparos penetraron al Spitfire de Gilroy, este arrojó humo denso y negro, un crujir en el interior y chorros de aceite empezaron a escurrir en la cabina, el caza alemán rompió el contacto dejándolo a su suerte, Gilroy tuvo un respiro ya que el piloto alemán no dio el último golpe, aquel que pudo ser el final, aquel que pudo haber sido el golpe mortal.

George Gilroy abrió su cabina logró virar su avión y soltó su arnés, segundos después caía al vacío. Gilroy estaba herido pero su aventura apenas comenzaba.
Su Spitfire X4271 se estrelló en la casa No 14 de la calle Hereford, afortunadamente la única fatalidad fue un perro.
George a punto de llegar al suelo, vio como una muchedumbre se formaba, escuchaba sus gritos e insultos, Gilroy no sabía que sucedía, finalmente tocó tierra, su paracaídas lo cubrió totalmente, mientras este trataba de quitárselo, sintió un duro golpe en su espalda, de repente más y más golpes empezó a recibir, logró descubrirse y ver con asombro a la muchedumbre que se abalanzaba sobre él, había sobrevivido a un ataque en el aire, pero esto era demasiado para él.

George Gilroy comenzó a gritar que no lo hicieran que él era uno de ellos, que él era británico, la muchedumbre estaba tan llena de cólera que por error lo habían confundido con un piloto alemán, no fue hasta que una conductora de autobús calmó a quienes lo rodeaban, ella logró identificar el uniforme y finalmente la mesura llegó.
Gilroy exhausto se desplomó, finalmente llegó la asistencia médica y fue trasladado al hospital, este incidente llegó a oídos del alcalde de Dagenham, apenado por dicho evento, fue a visitarlo al hospital donde se recuperaba de las heridas producidas por el piloto alemán y por el pueblo británico.

El alcalde le ofreció un cheque por 10 libras y todas las disculpas del mundo. Gilroy cobró su cheque el día que derribó a un caza alemán invitando una ronda de cervezas oscura a sus camaradas del Escuadrón No 603.

Agradezco al señor Robert Dixon por proveer la fotografía del Piloto Oficial George Kemp Gilroy.